Guía práctica sobre los tipos de sustratos y su uso en autocultivo, jardinería y agricultura urbana.
Bogotá D.C., 26 de noviembre de 2025.- El sustrato es uno de los factores más determinantes en el crecimiento, desarrollo y producción de flores de la planta de cannabis. Aunque el cannabis es una planta silvestre, su domesticación ha permitido su uso en modelos urbanos como autocultivo, jardinería o agricultura urbana, donde la elección del sustrato cobra especial relevancia.
Muchos jardineros prefieren la siembra en exterior directamente en suelo natural, observando un mayor desarrollo, especialmente en variedades de predominancia sativa, como las «criollas» Santa Marta, Mango Biche o Punto Rojo, que se adaptan bien a suelos naturales. Sin embargo, Algunos pequeños productores y empresas del sector medicinal siguen usando sustratos estándar en semilleros y producción de flor comercial.
En áreas rurales puede ser más práctico crear un sustrato propio con materiales de la zona, mientras que, en áreas urbanas, suele ser más práctico adquirir un sustrato estándar listo para el cultivo, pues normalmente se trata de espacios reducidos para realizar mezclas o almacenar materiales.
Tipos de sustratos comunes
En el cultivo comercial y de autocultivo de cannabis, se destacan tres tipos principales de sustrato:
- Sustrato Liviano: El más utilizado en el sector medicinal. Se compone de humus sólido (50%), fibra de coco (30%), turba (12.5%), perlita (12.5%) y micorrizas (5%). Es ideal para autocultivadores en interiores (indoor), pero requiere complementar la nutrición con fertilizantes orgánicos, minerales o biológicos. Su ligereza y formulación lo hacen práctico para espacios reducidos, como los comunes en la agricultura urbana.
- Sustrato Vivo: Más común en áreas rurales, gracias a la disponibilidad de materiales orgánicos y microorganismos. Se forma a partir del reciclaje de otros sustratos, con humus de lombriz como componente principal. Se observa el desarrollo de lombrices y otros organismos descomponedores, complementado con residuos vegetales. Es más pesado y de difícil manejo en zonas residenciales.
- Supersustrato: Resulta del reciclaje de otros sustratos, complementado con materiales orgánicos, minerales o biológicos, como harinas de hueso, sangre, plumas y carne. Es ideal para jardineros que no aplican fertilización convencional, solo agua, para la producción de flores.
Elección según el entorno
Para zonas urbanas y espacios reducidos, el sustrato liviano es ideal para comenzar. Con el tiempo, puede reciclarse y convertirse en sustrato vivo. El sustrato vivo, más pesado, es complejo de transportar. El supersustrato es la opción para quienes prefieren un manejo simple, solo con riego.
Gustavo Garzón, director técnico de Cassabis, comenta: «En entornos urbanos, donde los espacios son limitados y la eficiencia es clave, un sustrato bien formulado como el nuestro puede marcar la diferencia entre un cultivo exitoso y uno que no alcance su potencial. La calidad del sustrato es la base del éxito del cultivador.»
Una opción comercial disponible es el Sustrato Especializado Canna (Cassabis – Sustrato Especializado), una mezcla que incluye coco (búfer) 25%, turba 12.5%, humus 45%, perlita 12.5% y adición de micorrizas 5%. Este tipo de sustrato está formulado para ofrecer buen drenaje, aireación y resultados tanto en cultivos industriales como de autocultivo.